


La esposa (Maria Angeles) y una de las hijas (Sandra) del ex edil socialista se concentraron el mediodía frente al Ayuntamiento de Mondragón respaldados por miles de vecinos y representantes políticos, institucionales y del ámbito social y sindical.



Después de los diez minutos de silencio en memoria del ex concejal del PSOE, a Sandra, de 20 años, leyo un comunicado en el que agradeció «de corazón» el apoyo del pueblo de Arrasate, «de esos ciudadanos anónimos que se han acercado a mí y a mi familia para darnos cariño, apoyo y calor en estos momentos tan duros». «Gracias por estar con mi madre, con mi hermano Adei y con mi hermana Ainara», dijo.

La joven, que el día anterior presenció cómo su padre le asesinaba ETA, aseguró que «lo han matado por defender la libertad, la democracia y las ideas socialistas». Y recordó que su padre «ha sido siempre un hombre valiente, que ha dado la cara», y del que dijo, mirando al frente, «estoy muy orgullosa». «¡Los que le han matado han sido unos cobardes que no tienen cojones!».

Sandra, que durante toda la jornada de luto mantuvo una entereza extraordinaria, pidió, «sobre todo, que el asesinato de mi padre no sea manipulado por nadie». «No lo vamos a tolerar ni yo, ni mi familia ni nadie», advirtió.
Además, recordó que ante la jornada electoral de hoy «yo, mi madre, todos, iremos a votar. Y es lo que pido», continuó dirigiéndose a los ciudadanos. «Que los que quieran solidarizarse con mi padre, y con nuestro dolor, que acudan masivamente a votar para decir a los asesinos que no vamos a dar ni un solo paso atrás».
Por último, cerró su declaración con un mensaje a los terroristas, a los que «sólo puedo decir que han sido unos hijos de puta, nada más», expresó.

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